Andrés Osorio Guillot
El Espectador - 27 de septiembre de 2024
Cuéntenos cómo surgió la idea de escribir este libro
Los “apuntes” fueron naciendo por sí solos, antes de que existiera la intención de escribir un libro. Creo que fueron motivados por las limitaciones de la escritura académica: había ideas filosóficas que quería expresar, pero que no se dejaban expresar en el lenguaje llano e impersonal del ensayo académico. Con el confinamiento del COVID-19, que a mí, afortunadamente, me brindó tiempo para el trabajo literario y la reflexión, llegó la convicción de que valía la pena compartir mis juegos del pensamiento, y me puse a construir un libro, creando un marco literario en donde cupieran armoniosamente.
¿Cuál es la relación que tiene usted con los sueños y por qué fueron importantes para este libro?
Personalmente (y es una de esas cosas que un académico serio no debería decir) yo pienso que los sueños pueden ser muy importantes para la vida. No como un fantasioso “corte a comerciales” sino como una ventana a nuestra interioridad, y quizás a aquello que trasciende nuestra interioridad. Muchas culturas, desde el Islam hasta los indígenas de Norteamérica, distinguen entre sueños inspirados y los sueños sin importancia; estos últimos no son sino una presentación desordenada de las experiencias en vela. Pero los primeros pueden darnos claridad sobre decisiones vitales, o mostrarnos un camino que no sospechábamos. Como en el libro quería mostrar cómo la filosofía atraviesa la propia subjetividad (en lugar de ser un montón de tesis flotando en el vacío), quise que los apuntes se estructuraran en torno a sueños del protagonista.
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