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Enrique Soler
La Opinión  de Murcia - 6 de octubre de 2023

La filósofa y escritora Azahara Alonso llega hoy a Cartagena como una de las protagonistas de la segunda mitad del Festival Internacional de Literatura en Español, FILE, que se celebra principalmente en Cartagena. La autora ovetense participará en dos charlas: ‘El Mediterráneo como motor de sensibilidad poética’, junto a la poeta Luna Miguel (esta tarde, a las 19.00 horas, en la Muralla Púnica), y en otra sobre ‘El proceso creativo’, dentro del apartado ‘Literatura y gastronomía’, junto al chef Nazario Cano (mañana, a las 13.00 horas, en el Augusteum). Su producción poética y filosófica, su estudio de los aforismo, su trabajo como gestora cultural y su experiencia en la coordinación de la escuela madrileña de literatura Hotel Kafka serán algunos de los temas a tratar durante este fin de semana. También su último trabajo, Gozo, publicado por Siruela este mismo año. Ella misma nos desarrolla sus planes.

La primera charla versará sobre ‘El mediterráneo como motor de sensibilidad poética’; sobre la inspiración de un mar -motivo central de este festival- que siempre ha estado para unirnos (aunque muchas veces se nos olvide...).

Mi espíritu es cantábrico, inevitablemente, por lo que mis acercamientos al Mediterráneo siempre tienen ese cariz de extrañeza, la mirada de una extranjera que intenta comprender y desentrañar como afecta a quienes vive en sus orillas. Pero lo principal que está ocurriendo ahora mismo con este mar es una gran tragedia: la de todas las personas que mueren en sus aguas mientras ciertas instituciones del sur de Europa venden el Mediterráneo como un lugar idílico. Es una contradicción que creo que moralmente deberíamos revisar.

En su visita a Cartagena hablará también mucho de poesía, un género sobre el que todos ponen de manifiesto que nos hace «más libres», mientras muchos denuncian que nos quieren privar de esa libertad...

Pero en esto también interviene el mercado, que es el que marca las líneas de muchas cosas. La poesía es una herramienta de libertad, sí, tal y como ocurre con la filosofía (la otra materia a la que he vinculado mi vida), pero creo que ambas son como mínimo polémicas en ese sentido, en parte por su ‘aparente inutilidad’, tal y como está hoy en día el mundo organizado. Pero igual precisamente por eso van a lo más humano, al centro de lo que somos. Su importancia es capital y jamás podemos renunciar a ellas.

¿Qué situación atraviesa actualmente la poesía dentro del mundo editorial?

Es cierto que es un género un poco minoritario, pero gran parte de mi labor profesional está orientada a los talleres de poesía y te puedo decir que hay un montón de gente a la que le gusta escribir y leer poemas. No es multitudinario, claro, pero como casi nada en la literatura. Y esta creo que es una cuestión que, poco a poco, se refleja cada vez más en el mundo editorial, con la aparición de pequeños sellos que quieren dar cabida en sus catálogos a esas nuevas voces, o voces menos conocidas. Eso sí, lo hacen casi que por amor al arte.

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