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Daniel Gregory
The Conversation - 4 de febrero de 2024

Es bastante raro que los filósofos empiecen a investigar un área nueva, ya que muchas de las cuestiones que exploran han existido desde la antigüedad. Sin embargo, hay algo que no se ha empezado a estudiar de cerca hasta hace unos 15 años y que se sitúa en la intersección entre la psicología y la filosofía: el habla interior.

También conocido como monólogo interior, es la voz que oímos en nuestra mente cuando pensamos o leemos. Sorprendentemente, la investigación empírica ha descubierto que, aunque la mayoría de nosotros contamos con esa voz interior, no todo el mundo la tiene.

La ciencia y la psicología le han prestado mucha atención. Desde hace más de un siglo sabemos que el habla interior –especialmente al leer un texto– va acompañada de pequeños movimientos de la laringe, lo que demuestra una clara relación entre el habla “interna” y la “externa”.

Los filósofos ya habían reflexionado puntualmente sobre el tema. El conocido conductista Gilbert Ryle consideraba que la voz interior desempeñaba un papel clave en lo que los filósofos llaman “autoconocimiento”. Aprendemos sobre los demás escuchando lo que dicen. En su libro seminal de 1949, The Concept of Mind, Ryle sugirió que somos capaces de hacer lo mismo con nosotros mismo

El fenómeno ha aparecido en otros contextos filosóficos, pero hasta hace poco no había sido objeto de una atención sostenida en este campo. Los filósofos se están dando cuenta de que hay ciertos aspectos de la voz interior que sólo pueden abordarse mediante un pensamiento claramente teórico.

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