Menu
Ronald Ávila-Claudio
Role,BBC News Mundo - 1 de abril de 2024

En las páginas de internet de algunas instituciones de reconocimiento mundial, como la Clínica Mayo, el Servicio de Salud de Reino Unido (NHS) y la Universidad de Harvard, se habla sobre sus beneficios para la salud física y mental del ser humano.

Se afirma que la conciencia plena del presente puede reducir la ansiedad y el estrés, ayudar a las personas a enfocarse, dormir mejor, tratar la depresión y hasta aplacar el dolor de ciertos padecimientos.

Y, por supuesto, existe un enorme cúmulo de investigaciones científicas publicadas en revistas arbitradas y libros que sustentan sus efectos en la vida de la gente.

Todo esto ha hecho que el mindfulness ingrese en aulas escolares, hospitales y hasta en nuestras oficinas, como parte de los programas de bienestar para los empleados.

De hecho, una encuesta nacional de 2017 realizada por el Centro para el Control de Enfermedades de EE.UU. reveló que entre los participantes, un 14% había realizado algún tipo de meditación, al menos una vez durante ese año, y dentro de las modalidades se encontraba el mindfulness.

¿Pero, qué tal si, más allá de sus efectos en el cuerpo humano, hubiese un grupo de creencias alrededor del mindfulness que no necesariamente son beneficiosas para nosotros? ¿Qué tal si el mindfulness, que se supone se deriva de la meditación tradicional budista, es realmente una actividad que se aleja enormemente de su idea inicial?

Estas son algunos de los cuestionamientos que se hizo el filósofo británico Odysseus Stone, quien formó parte del Centro de investigación sobre la Subjetividad de la Universidad de Copenhague en Dinamarca, donde se doctoró.

Stone se especializa en la fenomenología y filosofía de la mente, y se ha dedicado a analizar el fenómeno del mindfulness.


Lee la historia completa aquí

Imagen propia / Playground AI/ FEM (No parte de la nota original)

Go Back

Comments for this post have been disabled.